Cuando tengo que desayunar fuera, casi siempre pido Café con Leche y Tostadas, y lo normal es que se repita esta conversación.
– Las tostadas ¿con mantequilla y mermelada?
– No, con nada
– …¿con aceite y tomate?
– Nada, pan sin más.
– ¿quieres las tostadas sin nada de nada?
– sí, por favor.
– (cara de «qué chica tan rara»)
Y es que desde siempre me encanta mojar el pan en el café con leche, como hacía mi abuelo todas las mañanas.
La combinación pan+café+leche es una de mis favoritas para empezar el día, y por eso uno de los panes que me preparo para casa lleva esos ingredientes: café con leche.
Es sencillísimo, y para mí desprende un aroma especial, sobre todo en su fermentación.
¿Queréis saber cómo lo preparo?
Aquí va mi receta:
PAN DE CAFÉ CON LECHE
Tenéis que hacer dos masas:
Masa de leche
– 520 gramos de harina integral
– 315 ml de leche
– 15 gramos de levadura fresca
– pizca de canela
– 10 gramos de sal
– 20 gramos de azúcar integral
Masa de café
– 500 gramos de harina integral
– 20 gramos de café soluble
– 315 ml de leche
– 15 gramos de levadura fresca
– 10 gramos de sal
– 30 gramos de miel
Amasaremos cada una de las masas por separado, hasta conseguir una masa homogénea. Si tenemos una amasadora, las amasaremos durante 20 minutos cada una, añadiéndole la levadura mejor casi al final. Si no tenemos, pues amasaremos a mano.
Las dejaremos tapadas en boles separados para que fermenten, 2 horas a unos 20 grados.
Una vez haya pasado este tiempo, volveremos a amasar a mano cada una de ellas durante 2-3 minutos y las extenderemos con un rodillo dejándolas iguales, con un grosor de 1 cm
Ahora colocaremos una encima de otra, asegurándonos que los bordes quedan iguales. Una vez colocadas, le daremos un pliegue simple
Después de este pliegue, estiraremos un poquito y simplemente lo enrollaremos, hasta formar un cilindro.
Cortaremos este cilindro en piezas de unos 150 gramos (saldrán unos 14 panecillos)
Colocaremos los panecillos a fermentar en la misma bandeja donde después los vayamos a hornear, con papel sulfurizado debajo.
Dejaremos fermentar 2 horas más a 26 grados.
Tendremos el horno precalentado a 180 grados, y meteremos los panecillos a hornear 20 minutos. Si nuestro horno tiene vapor, le daremos una inyección al principio; y si no, le pondremos una bandeja con agua dentro del horno para crear humedad.
Probad a preparar las masas por la tarde para poder hornearlo por la noche antes de dormir, así lo dejáis tapado en la cocina…y veréis el aroma impresionante que deja este pan toda la noche en casa.
Y por la mañana, abre tu panecillo ponlo a tostar…..y móntate tu película para empezar el día como a tí más te guste:
– ponle nata y canela y tendrás un Pan Capuccino
– ponle mantequilla y tendrás un Pan Moka
– ponle queso mascarpone y tendrás un Pan Tiramisú
– ponle nata y chocolate y tendrás un Pan «Café Vienés»
– ponle miel y especias (canela, pimienta, clavo…) y tendrás un Pan «Café Moruno»
– ponle leche condensada y tendrás un Pan Bombón ó Pan «Leche-leche» canario
– ponle, si te atreves, unas gotas del licor que te guste y tendrás un Pan Carajillo
– ó haz como yo, no le pongas nada, y mójalo tal cual en tu café del desayuno, acompáñalo de una fruta natural…y cómete el mundo!!
Y os aseguro que, sólo por el aroma que desprende la masa de café al fermentar, ya merece la pena.
¡¡Que lo disfrutéis!!