Este es uno de los últimos panes que hemos incorporado al menú degustación.
Forma parte de nuestros maridajes con pan, y acompaña al plato de Asadillo Manchego con Sardina.
El toque especiado del asadillo va perfecto (en mi opinión!) con el membrillo. Más aún si a la vez cogemos un trocito de «sardina salá».
Dulce, salado y especiado, pero sin que ninguno de los tres sabores predominen demasiado.
Ingredientes:
- 750 gramos de harina de trigo de fuerza
- 475 ml de vino blanco airén
- 12 gramos de sal
- 35 gramos de miel de romero
- 5 gramos de levadura de cerveza
- 4 gramos de alcaravea molida (opcional)
- 20 gramos de levadura fresca
- Dulce de membrillo (mucho mejor casero)
- Avellanas crudas
Elaboración:
- Amasamos todos los ingredientes (menos membrillo y avellanas) hasta conseguir una masa elástica y homogénea. Quedará una masa muy blanda
.
– Dejamos fermentar en bloque esta masa 1 hora 25 grados.
– Estiramos la masa con los dedos en una mesa enharinada, hasta conseguir un grosor de aprox 1,5 cm.
– Cortamos en porciones de unos 3 cm de ancho y unos 70 gramos de peso, con cuidado de no aplastar demasiado la masa.
– Colocamos avellanas y membrillo encima de cada porción.
– Enrollamos hasta formar un pan en forma de espiral.
-Tapamos, espolvoreamos más harina, y dejamos fermentar los panecillos 40 min más a temperatura ambiente.
-Precalentamos el horno 200 grados, y una vez caliente metemos la bandeja de los panecillos 12 minutos.
Sacamos de la bandeja y los dejamos enfriar sobre una rejilla.
Es muy importante calentar estos panecillos antes de comerlos; cuando lo abráis (con las manos!) con el vapor del interior del pan saldrá todo el aroma del airén, el membrillo caliente cogerá textura de «golosina» y las avellanas potenciarán su sabor tostado.
Es mucho más fácil aún de lo que veis en las fotos, ¿a qué esperas para hacerlo ya?!!
¡Espero que os guste!